A veces creo que el azar dirige nuestras vidas, que dos situaciones probables suceda una cambia tu vida irremediablemente. Y no digo grandes cambios como accidentes, sino las pequeñas cosas del día a día. Pequeñas cosas que cambian tu carácter, como que en una situación arriesgues y te salga bien, y la siguiente vez te vuelvas más temerario. O lo contrario que arriesgues y te salga mal, y pierdas confianza en ti mismo. Eso es el azar que gobierna nuestras vidas, los pequeños devenires de la rutina.
Pero el todo el conjunto es la suerte, la fortuna. La unión de todas esas pequeñas situaciones azarosas hacen tu vida. Y no siempre que te salgan las cosas bien que tengas siempre un buen devenir en el azar te hace afortunado. Más bien un camino desafortunado te hace más fuerte, un problema más sabio, una adversidad disfrutar más de las buenas cosas la siguiente vez, sentirte más vivo. Como que la mala suerte no es mala sino un motivo de reflexión y una bofetada que te despierta del aletargamiento con la que normalmente pasa la vida.
Yo creo que soy muy afortunado, todas las cosas que han pasado en mi vida han sido para mejor incluso las que parecían malas al principio luego resultaron que me han venido bien para crecer como persona, o me han abierto nuevas oportunidades que antes creía no tener o no quería tomar.
No cambiaria nada de lo que me ha sucedido en mi vida, pero tampoco significa que no me apene de las cosas que han dejado de suceder, o de las personas que se han alejado de mi. Pero como dice el tópico, cada vez que se cierra una puerta, se abre una ventana, y tengo un hermoso ventanal luminoso enfrente de mi lleno de oportunidades. Tristeza y emoción juntas
Sunday, September 30, 2007
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