No se porque solo logro escribir algo interesante cuando estoy triste, solo cuando me siento que una parte de mi alma se desgarra y se convierte en texto. Parece que la angustia me ayuda a concentrarme en las palabras y aplacar el torbellino de ideas y recuerdos que es mi mente, convirtiéndola en el algo lineal y con sentido que es un escrito. La gente que me conoce sabe que soy un charlatán: me gusta hablar, discutir: pero mi discurso es caótico, lleno de energía, lleno de saltos, con todas las conexiones, asociaciones que tengo en mi cabeza. Creo que es como un mar de pensamientos donde ola tras ola, se repite el mismo patrón, empieza una asociación, se convierte en una idea un nuevo discurso, hasta que me canso y rompe en otra asociación, otra idea, a veces vuelve a la anterior y sigue con la siguiente, como la resaca.
Y aunque desde que he empezado a escribir este blog no estoy triste, parece que San Francisco me inspiraba más para plasmar mis ideas. Quizás me divierta demasiado en Londres ( y de eso tiene la culpa Ricardo), quizás no sienta el mismo deseo de escribir si no estoy totalmente solo. Quizás sigo creyendo que hay que sufrir para crear algo (aunque sea solo estar solo), quizás cuando uno es totalmente feliz no tiene necesidad de comunicarse, quizás solo busquemos la simpatía del lector del futuro solo cuando no nos sentimos comprendidos.
Esta entrada es un poco para forzarme a escribir. Como salir a correr después de no haberlo hecho en mucho tiempo, antes de perder el habito, sufriendo, antes de olvidar que tenia una blog…
Wednesday, August 1, 2007
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